Misterios Gozosos

 

La Encarnación del Hijo de Dios

“El ángel, entrando en la presencia de María, le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo…Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. María contestó: Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” (cf. Lc 1,2 26-38).

Reflexión: La Virgen María nos enseña a escuchar y poner en práctica la voluntad de Dios, es decir, asumir con amor y responsabilidad, lo que se nos confía. En nuestra familia cada uno con empatía y alegría, colabora con las labores del hogar y ayuda en lo que sea necesario sin esperar nada a cambio, porque sabemos que el beneficio será para todos. La obediencia es una de las virtudes que debe vivirse en la familia, como se hacía en el hogar de Nazareth. Dios quiso que su Hijo naciera en una familia. También, un país, debe ser como una gran familia donde reine el Amor, la Unión y la Paz. ¿Obedeces a tus padres como lo hizo la Familia de Nazareth? ¿En qué labores del hogar colaboras con tu familia? ¿Lo haces por tu propia cuenta o deben recordártelo?.

 

La Visitación de María a Isabel

“María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, al llegar, saludó a Isabel y ésta le dijo a viva voz: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! Dichosa tú que has creído. María dijo: Proclama mi alma la grandeza del Señor” (cf. Lc 1, 39-56).

Reflexión: Al partir rápido para ayudar a su prima Isabel, nuestra Madre María nos motiva a practicar el valor de la solidaridad, es decir, la Caridad, que es una importante virtud que debe desarrollarse, primeramente, en nuestras familias, proyectándose hacia nuestros vecinos, compañeros, amigos, con los pobres… Recordemos que el buen trato se basa en la generosidad, la humildad, la tolerancia y la paciencia. ¿Qué actos de solidaridad realizas con las personas que te rodean? ¿Eres paciente al tratar con los demás?

 

 

 

El Nacimiento de Jesús

“Mientras estaban en Belén, le llegó a María el tiempo del parto y dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada. Un ángel se apareció a unos pastores y les dijo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor” (cf. Lc 2, 1-14).

Reflexión: En este Misterio vemos como Dios quiso que todos, especialmente los más humildes, disfrutasen la alegría del nacimiento de su Hijo. Observamos con cuanto esmero María y José atendían al Niño Jesús, a pesar de tener un establo como casa. Aprendamos de ellos a valorar la vida de cada ser humano y en especial de los miembros de nuestra familia, desde que estén en el vientre de mamá. Digamos SI A LA VIDA, con respeto, justicia y compromiso. ¡Dios nos hace únicos e irrepetibles! ¿Sabes que todos los niños tienen derecho a nacer? ¿Cuidas a tus abuelitos con cariño y paciencia?

 

 

La Presentación de Jesús en el Templo

“Los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley. Simeón lo tomó en brazos y dijo: “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador” (cf. Lc 2, 22-40).

Reflexión: Los padres del Niño Jesús, José y María, lo enseñaron desde pequeño a cumplir y a valorar las tradiciones familiares, a orar e ir al templo para escuchar la Palabra de Dios, llenos de fe, paz, gratitud y esperanza, siendo siempre agradecidos por todo lo bueno que tenían en su familia. ¿Te animas a rezar todos los días y a dar gracias a Dios por tu familia? ¿Qué tradiciones recuerdas que celebras junto a tu familia?

 

 

 

 

El Niño Jesús perdido y hallado en el templo

“Cuando Jesús cumplió doce años, subieron sus padres con Él a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando terminó, se devolvieron; pero el Niño Jesús se quedó en Jerusalén. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros”. (cf. Lc 2, 41-52).

Reflexión:

Jesús, María y José, eran una familia unida que practicaba los valores de la responsabilidad, honestidad y confianza. En la familia es muy importante ser sinceros, decir la verdad y confiar, tener la certeza que unidos se pueden resolver las diferencias y superar las dificultades. Los padres, a medida que los niños van creciendo, permiten que asuman responsabilidades poco a poco. También recordemos que los amigos verdaderos forman parte de la familia que Dios nos regala. La amistad nos hace crecer en fraternidad. ¿Cómo te sientes cuando dices la verdad y eres honesto? ¿Por qué es importante que haya confianza en la familia? ¿Tu familia conoce a tus amigos? ¿Sigues las orientaciones de papá y mamá?

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